Kauzar.org | Guía para el nuevo musulmán

En este breve artículo se explica en qué está basado el islam demuestrando cómo el punto de vista del filósofo alemán Karl Marx sobre la religión el cual fue influenciado por por el cristianismo no puede tener lógicamente ninguna relación con el islam.

¿Cuáles son las creencias fundamentales del islam?

Existen tres Principios de fe que definen al musulmán en forma general y básica:
1. El Monoteísmo (o la creencia en Un Dios Único).
2. La Profecía (o la creencia en los Profetas y Libros revelados, sean los conocidos anteriores al Islam, y en especial en Muhammad – P- como Mensajero de Dios y el Corán como el Libro de Dios).
3. La Resurrección en el Día del Juicio Final (donde se juzgarán las acciones de cada ser humano y se retribuirá el bien con el bien en el Paraíso,
y el mal con el mal en el Infierno).
Si acepta los tres Principios y cree en ellos libremente y sin compulsión, “de buena fe”, entonces puede ser musulmán si acepta poner en práctica el islam para su vida. Si rechaza alguno de estos Principios, queda fuera del Islam aunque pretenda ser de los musulmanes.
Aparte de estos tres Principios de Fe, existen otros dos que son la Justicia Divina (que particulariza el Atributo de Justicia por sobre otros Atributos Divinos) y la creencia en el Imamato (que destaca la importancia del líder conductor o imam) que individualizan al musulmán como “shia”, en tanto que si cree en la Predestinación absoluta y no acepta el Imamato, será un musulmán “sunni”, siendo éstas las dos corrientes o Escuelas más importantes del Islam que han sobrevivido a lo largo del tiempo.

¿El Islam tiene dogmas?
No, el Islam no contiene dogmas en el sentido de creencias que deben adoptarse ciegamente, más allá del razonamiento y la deducción lógica. No hay
dogmas de fe en el Islam. Las creencias no pueden ser seguidas por imitación, por costumbre o porque son mandatos religiosos. El musulmán debe alcanzar la comprensión de las creencias con su mente, a través de su razonamiento.
No puede adoptarlas por el hecho de que sus padres son musulmanes ni porque el Corán lo dice y nada más, sino que tiene que alcanzar la creencia
y la fe más allá de toda duda e incertidumbre, las cuales surgen naturalmente en cualquier persona que razone, piense y medite en los asuntos de la vida. Es decir que las creencias deben ser confirmadas por el intelecto.

Si no son dogmas, ¿cómo se alcanza la fe en los Principios mencionados?
Se deben alcanzar a través del razonamiento, la deducción, la lógica. Es el intelecto del ser humano quien debe alcanzar los Principios de fe por
sí mismo. El Corán y las Tradiciones que reúnen las palabras y consejos del Profeta Muhammad (P), así como las obras de los grandes sabios y maestros del Islam, le sirven al hombre de guía, orientando sus pensamientos hacia una reflexión positiva que le permita alcanzar la creencia. Pero el musulmán no es forzado a creer en algo que va contra la razón y la lógica ni a aceptar dogmas sin ningún cuestionamiento, lo que produce una fe ciega en algo que no resiste el menor análisis y es contrario a cualquier pensamiento razonable y moralmente válido.
Por consiguiente, vemos que las definiciones de “fe” y “creyente” en el islam son distintas a la concepción que la gente comúnmente tiene en occidente
sobre estos asuntos.

¿Qué es la fe?
En el islam, la fe no es la creencia ciega y dogmática en algo que no se puede comprobar ni siquiera razonar. En principio, para el musulmán “fe” es
“conocimiento”, y el creyente es aquel que conoce la realidad, que tiene una visión más acabada y perfecta de la misma.
En cambio, “incrédulo” es sinónimo de ignorante y ciego, pues desconoce la realidad y no puede percibirla (negándose a ello). Pues Dios es la mayor de las realidades, la más segura verdad de la cual hay pruebas delante de cualquier ser humano para que las pueda percibir con sus sentidos y analizar con su intelecto. Luego, aquel que ante la abrumadora cantidad de pruebas que confirman la existencia de Dios, se niega a aceptar la verdad y rechaza la realidad, no es otra cosa que un ignorante y ciego, por más que parezca ser inteligente y sano.

La fe y las obras
Dijimos que “en principio” la fe es sinónimo de conocimiento. Pero en realidad, la fe es algo más que mero conocimiento: la fe también es acción. El creyente es aquel que pone en práctica lo que conoce y obra en concordancia a lo que cree. Por lo tanto, el creyente se define no sólo por sus creencias, sino también por sus acciones. Es el conocimiento puesto en práctica lo que establece al ser humano en el sendero del bien, en el camino de la felicidad y la salvación.
Una y otra vez, el Corán nos enseña que al Paraíso ingresan “los creyentes que practican el bien”. Así, la salvación no se obtiene sólo por la creencia (como alegan los cristianos), sino que el hombre debe reunir la fe con las acciones buenas que exhiban su fe.

¿La religión es el opio de los pueblos?

Quizás algunos digan o piensen:
“Ustedes hablan de la religión como una Bendición de Dios para el hombre, pero en la práctica las religiones han traído guerras, divisiones y problemas,
y son el opio de los pueblos”.
Algunos dicen: “Imagina un mundo sin religiones”. Para él, un estado de paz y bienestar se alcanzaría si no existieran las religiones. Y muchos piensan así en parte con justa razón, no lo negamos. Pero no por culpa de “la religión” en sí, sino de la gente que ha tomado las riendas de la religión convirtiéndola en una herramienta de opresión.

Porque si no existieran las religiones, entonces los opresores usarían otras herramientas para lograr sus objetivos. Hoy en día, si bien la excusa de la religión no se ha abandonado, se usa con fuerza la excusa de la libertad, la democracia y los derechos humanos con el fin de invadir pueblos, masacrarlos y robarles sus pertenencias para esclavizar a los sobrevivientes.
Lo mismo que antes hacían con la excusa de difundir la religión que supuestamente era un “bien mayor”, a pesar de los “daños colaterales”.
Entonces, a los que piensan como John Lennon yo les digo: Si hubiera un mundo sin religiones, la gente se pelearía igual con otras excusas. Lo que hay que eliminar es la codicia, no la religión. Y la codicia es un mal puramente materialista que se combate desde la espiritualidad. La religión en el fondo aporta los mejores elementos para combatir la codicia y otras enfermedades del alma.
El problema radica en que la religión es para los opresores corruptos un disfraz ideal para engañar a las masas. En la lección anterior hablamos del
mensaje revolucionario de los Profetas (P).

Cuando ellos inician sus misiones en una comunidad, enseguida se les oponen las clases ricas opresoras, en tanto que las masas medias siguen a
estos ricos en parte porque anhelan ser como ellos y en parte por ignorancia.
Ahora bien: cuando el Mensaje de los Profetas triunfa y se impone, las clases ricas no se dan por derrotadas: se suman a la religión para ocupar puestos
de poder y privilegio dentro de ella. Cuando esto ocurre, las masas tienen una excusa mayor que antes para apoyar a los ricos. Pues antes los apoyaban con un justificativo que daba vergüenza exponer (ya que los apoyaban porque en el fondo los envidiaban y querían ser ricos y poderosos como ellos).
Pero ahora (aunque los apoyan por el mismo motivo que antes), tienen una excusa válida, pues alegan: “Ellos son representantes de la religión, es decir
representantes de Dios ante nosotros. Ellos son los que Dios manda seguir”.
Aunque muy en el fondo saben que no es así. Pero es más fácil no pensar, no reflexionar, quedarse tranquilos sin actuar y dejarles las manos libres a los
opresores.
Claro que lo estoy diciendo de una manera muy general y superficial. Muchos han reflexionado y se han levantado contra la opresión, es cierto. Y
de ahí surgieron una parte de las guerras y matanzas que tuvieron lugar con el nombre de la religión. Si pensamos en la Iglesia católica, ella se impuso con matanzas tremendas, con tortura y muerte a cualquier opositor. En el Islam no tenemos una “Iglesia”, pero tenemos Escuelas que han sido establecidas por los califas.
Y los califatos en su momento se formaron también a base de masacres, guerras y opresiones. Muchos de ellos surgieron a partir de matanzas y se
perpetuaron eliminando toda oposición en forma sanguinaria. Y así ha sido toda la historia del género humano…